EL VELO

Hay un universo paralelo al nuestro, tejido con los hilos de lo que nunca sabremos. Un jardín secreto donde florecen las preguntas sin respuesta, los caminos que no tomamos, los amores que no vivimos. Es un eco silencioso que resuena en el vacío entre nuestros pensamientos, una melodía que nunca podremos tararear.

En ese reino de lo incognoscible, los sueños no nacidos vagan como fantasmas de seda, susurrando promesas incumplidas. Las palabras no dichas se acumulan como polvo de estrellas, formando constelaciones de arrepentimiento y anhelo. Los besos no dados se transforman en mariposas de cristal, revoloteando eternamente en la oscuridad.

¿Qué secretos guardan los corazones que nunca conocimos? ¿Qué historias se esconden detrás de las miradas que nunca cruzamos? ¿Qué mundos paralelos se despliegan en las bifurcaciones del destino que no elegimos?.

La vida se convierte en un laberinto de espejos rotos, donde cada fragmento refleja una posibilidad perdida, un camino inexplorado. Cada decisión tomada es un adiós a un universo entero de alternativas, un duelo silencioso por lo que pudo haber sido y nunca fue.

Pero en la vastedad de lo desconocido, también reside la belleza de la incertidumbre. La ignorancia nos invita a soñar, a imaginar, a crear mundos propios con los retazos de lo que intuimos. Nos permite ser los arquitectos de nuestros propios misterios, los guardianes de nuestros propios enigmas.

Porque lo que nunca sabremos no es un abismo oscuro, sino un lienzo en blanco donde podemos pintar nuestros deseos más profundos, donde podemos escribir nuestras propias leyendas. Es el eco de una sinfonía inacabada, una promesa de infinitas posibilidades, un recordatorio de que la vida, en su esencia, es un misterio perpetuo.


Reflexiona sobre la existencia de un universo paralelo conformado por todo aquello que nunca llegamos a conocer, experimentar o elegir en nuestra vida. A través de imágenes evocadoras y simbólicas, os sumerjo en un espacio etéreo donde residen las preguntas sin respuesta, los amores no vividos y las decisiones que nos llevaron por un camino en lugar de otro.

El poema transmite una sensación de nostalgia y melancolía al contemplar las posibilidades perdidas como espectros que flotan en el tiempo. Sin embargo, lejos de ser un mensaje pesimista, también encuentra belleza en la incertidumbre y el misterio, destacando que la ignorancia sobre lo que pudo haber sido nos permite imaginar, soñar y dar forma a nuestras propias historias.

El poema sugiere que lo desconocido no es un vacío aterrador, sino un espacio abierto a la creatividad y la esperanza, donde cada ausencia se convierte en una oportunidad para reinventar y construir significados.

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