DESIERTO DE ESPINAS

No pretendas amar si tus entrañas son un desierto de espinas. ¿Cómo ofrendar rosas si tu jardín interno yace yermo? El amor, antídoto sagrado, exige purificación, un alma que irradie luz propia. Busca en los recovecos de tu ser, desentierra los tesoros ocultos, las semillas de autoestima que yacen dormidas.

Nutre tu esencia con el agua de la aceptación, riega tu espíritu con el sol del perdón. Deshaz los nudos de la culpa, libera las cadenas del resentimiento. Solo entonces, cuando tu corazón sea un manantial cristalino, podrás reflejar la belleza del amor verdadero.

No mendigues afecto, sé el artífice de tu propia felicidad. Ámate con la misma intensidad con que anhelas ser amado. Descubre la danza cósmica que reside en tu interior, la melodía única que te define. Cuando te ames, el mundo se rendirá a tus pies, y el amor, como un ave fénix, renacerá de tus cenizas.


«Desierto de Espinas», transmite la idea de que el amor verdadero solo puede florecer en un corazón que se ha purificado y sanado.

A través de metáforas poderosas, invito a la reflexión sobre la importancia de amarse a uno mismo antes de poder ofrecer amor genuino a los demás.

El poema sugiere que el alma debe nutrirse con aceptación y perdón, liberándose de la culpa y el resentimiento, para que el amor, como un manantial cristalino, surja con pureza.

Enfatizo que solo cuando una persona alcanza este equilibrio interior, puede experimentar un amor auténtico, que renace de las cenizas de la auto comprensión y el autocuidado. El mensaje central es que la verdadera felicidad y el amor dependen de la relación que cultivemos con nosotros mismos.

 

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