La timidez, esa sombra tenue que nos abraza,
es un susurro ahogado en la garganta,
un brote que desea ser flor, pero se atrasa,
oculta su perfume bajo la manta.
Es un océano quieto bajo cielos densos,
un espejo empañado que oculta verdades,
la danza de los vientos en tonos suspensos,
y un eco que se pierde entre soledades.
La timidez edifica murallas de cristal,
transparentes, mas duras como rocas frías,
un castillo donde reina el temor ancestral,
prisionero de dudas, de noches vacías.
Es la mano que tiembla ante el roce del mundo,
un ala que se repliega al borde del vuelo,
un pájaro que canta, mas siempre profundo,
enterrando su canto bajo el mismo suelo.
¿Y quién puede juzgar al río que no avanza,
cuando su cauce esconde piedras de aflicción?.
La timidez, cual bruma, detiene la esperanza,
pero guarda en su centro un núcleo de pasión.
Porque bajo ese velo de miedos y quimeras,
late un corazón ansioso por estallar,
un sol que se oculta tras sus propias esferas,
mas que sueña, ardiente, con poder brillar.
Es un capullo frágil, temeroso del día,
mas cuando rompe el cascarón de su ceguera,
se convierte en un árbol de sabia armonía,
y en sus ramas brotan alas de primavera.
Así la timidez, aunque parezca barrera,
es un puente hacia la fuerza más sincera.
Explora la timidez como un sentimiento profundo y complejo, lleno de contrastes entre el miedo y el deseo de expresarse. La timidez se presenta como una sombra que envuelve al individuo, una barrera invisible pero poderosa que impide el libre florecimiento de emociones y palabras.
A través de metáforas como «murallas de cristal», «un pájaro que canta, mas siempre profundo» o «un sol que se oculta tras sus propias esferas», describo cómo la timidez encierra el potencial y la pasión, pero también cómo, con el tiempo y el autoconocimiento, puede transformarse en fuerza y crecimiento personal.
El poema sugiere que la timidez no es solo un obstáculo, sino también un camino hacia una fortaleza interior más sincera y auténtica, un proceso de metamorfosis que lleva del encierro a la plenitud.